lunes, julio 16, 2007

Una carta de amor


Esta mañana he vuelto a recuperar la fe en la especie humana. Todavía existen los románticos. María, una chica de Noain, remitía una carta al Diario de Noticias de Álava para tratar de encontrar a un chico del que quedó prendada en los Sanfermines, unas fiestas que, quién sabe si por las fechas, la pasión o las drogas (o simplemente por un poco de todo) se asemejan a algo parecido a los campamentos de verano en los que todos hemos vivido nuetros primeros y más apasionados enamoramientos. Como navarro, como acérrimo asistente a estas fiestas y como declarado fanático de todo aquello que pueda llegarme al lagrimal, os dejo que disfrutéis de la epístola (cómo me ha gustado siempre esta palabra). Os aseguro que entiendo de lo que habla. Todos tenemos nuestro sanfermín... Y seguramente los mejores todavía están por llegar.

Para Manolo, vecino de un pueblo de Vitoria, desde los Sanfermines

Para Manolo; lo único que sé de él es que estuvo en Sanfermines la noche del pasado viernes, del 13 al 14 de julio. Iba con un amigo, Guille, y son de un pueblo de Vitoria .
Dicen que todo pamplonica que se precie debe tener un sanfermín que recordar. Pensaba que lo tenía, aunque era de lo más monótono. Con 15 años piensas en salir, en comerte en mundo; con 18, las borracheras están a la orden del día; con 31 ya no piensas en salir todas las noches, porque sabes que tu cuerpo no da de sí o ya no quieres salir sólo de noche porque te has dado cuenta que de día también hay vida; simplemente vives el instante que te ofrece la vida, el destino o llamémoslo X . Y cuando de repente ese X te pone delante a alguien que te ofrece la luna, las estrellas y el firmamento y, después de unos cubatas , te sueltan eso de que Soy tu tren; tienes dos opciones, subir o no, pero decidas lo que decidas nunca te arrepientas.
Entre el 13 y 14 de julio de este año conseguí mi sanfermín para recordar. Pasó mi tren, el tren de mis momentos; quizás lo desaproveché, quizás lo dejé escapar, quizás no fui capaz de retenerlo o quizás no era el momento. Sólo sé que su olor todavía está en mi cuerpo, que sus caricias siguen en mi recuerdo, que sus besos acabaron con mis labios y que su cara está grabada en mi memoria. No me quedan más que dos o tres recuerdos, una foto, un gorro y esta noche. Y sus palabras diciendo que nunca olvidará esta noche, un "recuérdame", un "María, no cambies nunca" y una frase: "el mismo tren pasa sólo una vez en la vida". El tren de mis momentos hizo su parada, me dejó la mejor noche de todos missanfermines , todavía siento sus caricias y me duelen los labios de besarle, pero lo dejé marchar. Y, pese a que pensé que era lo mejor, mientras escribo esto, con una mezcla de sentimientos por dentro que me desbordan, me doy cuenta de que me arrepiento.
Para Manolo, porque a cada estrella que vea le pediré que este tren vuelva a pasar, porque quiero subirme a él. Supongo que buscar a alguien de quien no sabes nada es difícil y complicado, pero debo intentarlo, porque quedó algo pendiente.
(En la carta que envío a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA se aporta un contacto, ¿me llamas?).


Amén.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

BRILLANTE HISTORIA

2:16 a. m.  

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